“LA TECNICA
DE LA “TORTUGA”: UN METODO PARA EL AUTOCONTROL DE LA CONDUCTA IMPULSIVA”.
Marlene
Schneider
Arthur
Robin
Universidad del Estado de Nueva York (Stony Brook).
I.
INTRODUCCION
“LA TECNICA
DE LA “TORTUGA”: UN METODO PARA EL AUTOCONTROL DE LA CONDUCTA IMPULSIVA”.
Marlene
Schneider
Arthur
Robin
Universidad del Estado de Nueva York (Stony Brook).
I.
INTRODUCCION
A. Objetivos
La pretensión de esta sección es justificar la utilización
de la técnica de la Tortuga. Concretamente, después de haber leído esta sección
se ha de saber:
1.
Que las técnicas de control interno son
superiores a las de control externo.
2.
Que la técnica de la tortuga consta de tres
partes.
3.
Qué técnicas parecidas a la de la tortuga son
apropiadas para este control interno, qué otras técnicas análogas se utilizan.
4.
Para quién es apropiada la técnica de la
Tortuga.
5.
Cómo la técnica de la Tortuga rompe las cadenas
disruptivas.
6.
Cómo la técnica de la Tortuga influye en la
autoestima del niño y por qué.
B. Superioridad del Control Interno o Autocontrol
¿Qué se puede hacer con los niños que fracasan por falta de
habilidades de enfrentamiento, y qué para eliminar su frustración, sus
rabietas, el que golpeen a otros niños, el que digan palabrotas, el que
fastidien,… y qué se puede hacer para que no sufran innecesariamente por su
inhabilidad para controlar sus impulsos…?
La Modificación de Conducta ha desarrollado numerosas
técnicas que se ocupan de estos problemas. Típicamente estas técnicas consisten
en el uso sistemático de refuerzos y castigos presentados contingentemente a la
conducta. Este manual trata de una nueva técnica desarrollada en el POINT OF
WOODS SCJOOL. Esta nueva técnica, la de la Tortuga, difiere de otras técnicas
de Modificación de Conductas en que está basada en el “auto-control” y no en el
control externo de la conducta disruptiva. Se puede enseñar al niño a controlar
sus propias conductas disruptivas en lugar de que externamente se le controle.
Se cree que el autocontrol es preferible al control externo porque:
1.
Es más fácil de enseñar y administrar
2.
Tiene más efectos a largo plazo
3.
Es una habilidad que se precisa para vivir en
nuestra sociedad
4.
El niño está aprendiendo a coger
responsabilidades por sí mismo y a ser independiente
5.
Se le enseña a expresar y ejecutar sus
necesidades de una forma apropiada.
C.
¿Qué es la Tortuga?
¿En qué consiste la técnica de la Tortuga? Esta técnica
utiliza la analogía de la tortuga, la cual como bien se sabe, se repliega
dentro de su concha cuando se siente amenazada.
De la misma manera, se enseña al niño a replegarse dentro
del caparazón imaginario cuando se sienta amenazado, al ni poder controlar sus
impulsos y emociones ante estímulos ambientales, etc. En la práctica:
• Se
enseña al niño a responder ante la palabra clave “tortuga”, encogiéndose,
cerrando su cuerpo, metiendo la cabeza entre sus brazos.
• Después
de que el niño ha aprendido a responder a la tortuga, se lo enseña a relajar
sus músculos mientras hace la tortuga. La relajación es incompatible con la
elevación de la tensión de los músculos necesaria para mostrar una conducta
disruptiva/agresiva y, por tanto, decrece la probabilidad de la ocurrencia de
esta conducta.
• Enseña
al niño a utilizar las técnicas de solución de problemas para evaluar las
distintas alternativas para manejar la situación que le ha llevado a hacer la
tortuga. Esta tercera parte de la secuencia TORTUGA-RELAJACION- SOLUCION DE
PROBLEMAS se puede enseñar de distintas formas, en un grupo de discusión,
contando una historia, modelando, haciendo role-playing y con refuerzo directo,
etc.
Se instruye a los niños en cada paso de la técnica hasta
que tengan el dominio de la misma y entonces se puede pasar a la etapa
siguiente. De esta manera, paso por paso, queda asegurado que todos los niños
han aprendido el procedimiento.
D. Expresión de sentimientos
La técnica de la Tortuga puede ayudar a los niños a
aprender a expresar sus sentimientos. Cuando un niño impulsivo da golpes sin
mirar a quién, puede estar expresando una emoción legitima pero de una forma
inadecuada y las consecuencias que se derivan de su acción pueden ser negativas
para él y/o para los otros. Con la técnica de la Tortuga se enseña al niño a
canalizar la expresión de sus emociones de una manera apropiada. En esencia se
trata de enseñar la distinción entre aserción y agresión.
E.
¿Para quién es apropiada La Tortuga?
La técnica de la Tortuga es apropiada para niños de
preescolar y
primera etapa de EGB. Para segundo de preescolar y 1º y 2º
de EGB la imagen de la Tortuga es muy adecuada, a partir de 3º y 4º algunos
niños pueden no responder muy bien a esta señal y es recomendable utilizar otra
imagen, por ejemplo “amontonarse para el “baseball” o simplemente la palabra
“stop””. Lo importante no es la imagen en si misma, que se utilice, sino el
procedimiento. Cualquier imagen puede servir como base para la secuencia de la
repuesta de autocontrol antes descrita en este manual.
F. La naturaleza de la conducta disruptiva
Antes de describir cómo la técnica de la Tortuga, se va a
tratar de la conducta disruptiva en general. En la clase la conducta más
inapropiada toma la forma de peleas, golpes, hablar demasiado, burlas, mandar a
los otros, tener rabietas, no atender al profesor, entre otras. Los niños no
muestran conductas disruptivas por que sí. Ellos actúan inapropiadamente porque
hay un refuerzo por hacer eso. Típicamente, se les presta atención por hacer
esas interrupciones, y esto sirve como consecuencia reforzante.
Algunas veces parece que el niño disruptivo disfruta con
esas reprimendas; en estos casos la atención puede ser un refuerzo para su
conducta disruptiva. La Modificación de Conducta basándose en ciertos estudios
con niños de todas las edades ha puesto de manifiesto que la mirada del
profesor puede llegar a convertirse en un refuerzo de la conducta disruptiva
haciendo que aumente esta de forma considerable, así el profesor
inadvertidamente puede estar provocando en la conducta del niño el efecto
contrario del que él mismo desea.
G. Aprendizaje de la conducta personal a través de La Tortuga
Con el fin de romper las inacabables cadenas conductuales,
habrá que cambiar los estímulos y consecuencias dentro de la clase de tal forma
que el profesor y los compañeros refuercen la conducta apropiada e ignoren las
disruptivas. La técnica de la Tortuga facilita este cambio: el niño disruptivo
no recibirá atención si previamente ha ejecutado una conducta inapropiada. Más
adelante, la incitación del profesor y de los compañeros hará que él mismo
elija hacer la Tortuga en vez de la conducta inapropiada. El niño mediante la
relajación puede reducir su nivel de ansiedad y sus repuestas fisiológicas de
tal forma que le facilite la expresión de sus necesidades de una forma adecuada.
La técnica de Resolución de Problemas puede enseñar a los niños a cómo
enfrentarse a sus frustraciones y expresar sus necesidades de una manera
socialmente aceptable y realista. En el momento en que el niño haya aprendido a
utilizar cualquier provocación externa o sentimiento interno de ira o rabia
como una indicación para hacer la Tortuga, relajación y Solución de Problemas,
habrá dominado las técnicas de autocontrol y manifestará disruptivas en raras
ocasiones.
H. Los efectos de La Tortuga en el amor propio
El dominio de la técnica de autocontrol puede también
alentar la autoestima o amor propio de los niños por diversas razones:
1. Son
ellos quienes están aprendiendo a controlar sus propias conductas sin tener un
agente externo que lo haga.
2. No
se perciben por más tiempo como “malos” y reciben feedback positivo del
profesor.
3. Tienen
sentimientos más adultos porque están usando Solución de Problemas, en vez de
dar rienda suelta a sus impulsos.
II.
DEFINICION DE LA CONDUCTA
A. Objetivos
Después de leer esta sección se estará capacitado para:
1. Definir
una conducta objetivo.
2. Determinar
cuando usar la Tortuga en las conductas objetivo.
3. Discriminar
una definición adecuada de una inadecuada en las conductas objetivo.
B. Especificación de la conducta a observar
El primer paso en el aprendizaje de la Tortuga es definir
específicamente en qué conductas disruptivas objetivo nos gustaría que el niño
utilizara la Tortuga. Es importante definir las conductas objetivo para que
sean fácilmente observables, y se puedan distinguir perfectamente cuales están
dentro del repertorio conductual del niño. Por ejemplo, un problema bastante
común en clase son las peleas; pelearse es una extensa categoría conductual,
que incluye muy diversas manifestaciones: puñetazos con o sin provocación,
golpes en repuesta a burlas, empujarse, insultarse, etc. Hay que definir
operativamente la categoría para saber en qué momentos se debe utilizar la
técnica de la Tortuga.
Una adecuada definición de “pelearse” podría ser: “dar
puñetazos y puntapiés sin sacudidas accidentales”, pero otra igualmente válida
podría ser: “ dar puñetazos y puntapiés, además de sacudidas accidentales”. Las
dos son perfectamente validas, es necesario tomar de antemano este tipo de
decisiones antes de introducir la Tortuga y ser muy consistentes con la
definición. Se puede decidir seleccionar unas pocas conductas, lo que seria tan
correcto como elegir muchas, siempre que las definamos operativamente cada una
de ellas.
El criterio importante a atenerse para definir cualquier
conducta es responder lo mejor posible a la pregunta ¿qué hace exactamente el
niño?. Es recomendable escribir la definición de la conducta para evitar
errores y para facilitar la implantación de la técnica por distinto agentes,
así como para posibles replicas del programa, etc.
III.
PRIMERA SEMANA DE LA TORTUGA
A. Objetivos
Después de leer esta sección se estará en condiciones de
saber:
1. Durante
cuánto tiempo y cuándo se practicara la técnica de la Tortuga.
2. Las
tres etapas para enseñar al niño a responder a la palabra clave “Tortuga”.
3. Cómo
enseñar a la clase a asumir rápidamente la postura de la tortuga en respuesta a
la orden “Tortuga”.
4. Cuándo
practicar con los niños la “Tortuga” y por qué es tan importante la alabanza
(refuerzo verbal) en la enseñanza de la técnica de la Tortuga.
5. Cómo
conseguir que los otros niños de la clase apoyen al niño cuando haga la
Tortuga.
6. Qué
hacer si los niños no responden a la alabanza como refuerzo.
7. Qué
hacer durante la práctica de la Tortuga el resto de los días de la semana
8. Qué
hacer fuera de la hora de práctica de la Tortuga en esta primera semana.
9. Qué
respuestas de la Tortuga son inapropiadas y qué hacer con ellas en esta etapa
del tratamiento.
10.Cómo decidir pasar a la próxima etapa al finalizar la
semana.
B. Introducción a La Tortuga
Durante esta primera semana, la técnica de la Tortuga se
pone en práctica de dos formas diferentes:
• Periodo
de práctica dirigida
• Periodo
de clase normal
Es recomendable dejar un periodo de tiempo de unos 15
minutos cada día para la práctica dirigida, preferiblemente siempre a la misma
hora y a ser posible por la mañana, como un descanso entre las actividades
académicas.
En la primera parte de la secuela Tortuga – Relajación –
Solución de Problemas, el niño debe responder a la palabra clave “Tortuga”.
Esta respuesta se enseña en tres partes:
• Historia
inicial
• Grupo
de práctica
• Práctica
individual
C. La historia inicial
Para la práctica de la primera sesión son necesarios más de
15 minutos. Se empieza contando esta historia:
“Antiguamente había una hermosa y
joven tortuga, tenia 6 (7, 8,…) años y acababa de empezar el colegio. Su nombre
era Pequeña Tortuga. A ella no le gustaba mucho ir al Cole, prefería estar en
asa con su hermano menor y con su madre. No le gustaba aprender cosas en el
colegio, ella quería correr, jugar… era demasiado difícil y pesado hacer fichas
y copiar de la pizarra, o participar en algunas de las actividades. No le
gustaba escuchar al profesor, era más divertido hacer ruidos de motores de
coches que algunas de las cosas que el profesor contaba, y nunca recordaba que
no los tenia que hacer. A ella lo que loe gustaba era ir enredando con los
demás niños, meterse con ellos, gastarles bromas. Así que el colegio para ella
era un poco duro.
Cada día en el camino hacia el
colegio se decía a si misma que lo haría lo mejor posible para no meterse con
ellos. Pero a pesar de esto era fácil que algo o alguien la descontrolara, y al
final siempre acababa enfadada, o se peleaba, o le castigaban. “Siempre metida
en líos” pensaba “como siga así voy a odiar al colegio y a todos.” Y la Tortuga
lo pasaba muy pero que muy mal. Un día de los que peor se sentía, encontró a la
más grande y vieja Tortuga que ella hubiera podido imaginar. Era un vieja
Tortuga que tenia más de trescientos años y era tan grande como una montaña. La
Pequeña Tortuga le hablaba con una vocecita tímida porque estaba algo asustada
de la enorme tortuga. Pero la vieja tortuga era tan amble como grande y estaba
muy dispuesta a ayudarla: “¡Oye! ¡Aquí!” dijo con su potente voz, “Te contaré
un secreto. ¿Tú no te das cuenta que la solución a tus problemas la llevas
encima de ti?”. La Pequeña Tortuga no sabia de lo que estaba hablando. “¡Tu
caparazón!” le gritaba “¿para qué tienes tu concha? Tu te puedes esconder en tu
concha siempre que tengas sentimientos de rabia, de ira, siempre que tengas
ganas de romper, de gritar, de pegar…Cuando estés en tu concha puedes descansar
un momento, hasta que ya no te sientas tan enfadad. Así la próxima vez que te
enfades ¡Métete en tu concha! A la Pequeña Tortuga le gustó la idea, y estaba
muy contenta de intentar este nuevo secreto de la escuela.
Al día siguiente ya lo puso en
práctica. De repente un niño que estaba cerca de ella accidentalmente le dio un
golpe en la espalda. Empezó a sentirse enfadada y estuvo a punto de perder sus
nervios y devolverle el golpe, cuando, de pronto recordó lo que la vieja
tortuga le había dicho. Se sujetó los brazos, piernas y cabeza, tan rápido como
un rayo, y se mantuvo quieta hasta que se le pasó el enfado. Le gustó mucho lo
bien que estaba en su concha, donde nadie le podía molestar. Cuando salió, se
sorprendió de encontrarse a su profesor sonriéndole, contento y orgulloso de
ella. Continuó usando su secreto el resto del año. Lo utilizaba siempre que
alguien o algo le molestaba, y también cuando ella quería pegar o discutir con
alguien. Cuando logró actuar de esta forma tan diferente, se sintió muy
contenta en clase, todo el mundo le admiraba y querían saber cuál era su mágico
secreto”.
D. Grupo de prácticas
Después de contar la historia, se pasa a la segunda fase:
grupo de práctica.
Toda la clase tiene que responder a la Tortuga imitando la
actuación del profesor/-a.
Sentada frente a la clase la profesora dirá algo como:
“¡Oh!, siento como me estoy enfadando con Juan porque me
pegó, pero podría ser fuerte y lista y hacer la Tortuga. Pongo mis brazos y mis
piernas cerrando mi cuerpo, y mi cabeza la inclino y apoyo mi barbilla en mi
pecho, y digo: Tortuga”.
En este momento se hace una pausa y se queda sin decir nada
y más tarde estando en la misma postura se dice:
“es tan agradable estar en mi concha que se me pasan las
ganas de pegar a Juan.”
Se pide a la clase que imagine escenas parecidas y que
todos hagan la Tortuga; se repite la secuencia 5 ó 10 veces hasta que se
verifica que todos los niños lo han comprendido. La enseñanza de esta parte de
la técnica se puede plantear como un juego. La profesora explica a los niños
que va a ponerse de espadas y que tan pronto como se vuelva hacia la clase y
diga “Tortuga” toda la clase la hará. Inmediatamente tiene que reforzar la
ejecución de la misma.
E. Práctica individual
Esta es la tercera fase. Si durante el periodo de práctica
la profesora se dirigía a todo el grupo, poniendo ejemplos, a los que toda la
clase debía responder haciendo la Tortuga, en la práctica individual se va
dirigiendo a cada niño por separado, planteándole una o varas situaciones
problemáticas de las que habitualmente se dan en clase. La profesora irá
reforzando intensamente y de forma inmediata las buenas realizaciones. Hay que
instruir a la clase para que refuerce mediante aplausos y/o ovaciones a cada
niño que ejecute la respuesta de la Tortuga. Con este refuerzo del grupo se
comienza a practicar la comunicación adecuada de los sentimientos.
F. Apoyo de los compañeros
Es importantísimo animar a la clase a que aplauda y se
pongan contentos cuando un niño realice la Tortuga. Hasta ahora, conseguía
atención inmediata por su conducta impulsiva y disruptiva, a partir de ahora,
él conseguirá aprobación y atención de sus compañeros por controlarse. Si el
niño no recibe un pequeño apoyo de sus compañeros de clase por hacer la
Tortuga, él puede pensar que este truco que está aprendiendo, tampoco está tan
bien, y puede de hacho percibir a la Tortuga como algo inútil. Solo a través de
este apoyo el niño se atreverá a hacer la Tortuga con la esperanza de que su
nievo autocontrol es aceptado por sus compañeros. El apoyo es el soporte mayor
para la implantación de la técnica de la Tortuga, estando muy por encima del
recibido por la profesora y por el suyo propio.
G. Recompensas
Se ha encontrado que con niños particularmente disruptivos,
las alabanzas algunas veces no funcionan como refuerzo. En estos casos se puede
utilizar caramelos, gominolas,… El profesor puede coger un montón de estas
golosinas y mientras que los niños practican tanto en grupo como de forma
individual, ir paseándose por la clase y dándoselas a quienes responden
correctamente. No hay que dudar en utilizar este tipo de refuerzos al principio
si los niños no responden a las alabanzas. Los refuerzos se tienen que dar
inmediatamente y contingentemente a la respuesta de la Tortuga. A partir de
ahora, cuando se hable de alabanza en este manual, se tendrá en cuenta que se
podrá sustituir por otros tipos de refuerzos.
H. Periodo de práctica después del primer día
El resto de los días de esta semana, durante los 15 ó 20
minutos de práctica, se tomaran como conductas objetivo los incidentes que
hayan ocurrido durante el resto del día. Una forma de hacerlo es recordar la
historia de la tortuga e insertar los nuevos ejemplos en la misma. Hacer ver a
los niños como podrían haber utilizado en esas situaciones el nuevo truco,
cuando se ha pegado, se han burlado de
algún compañero o e han quitado algo. El profesor describirá la situación y
modelará la respuesta de la Tortuga y pedirá a la clase que le imite. Se
reforzará a los niños por su respuesta inmediata.
I. Actividades fuera del periodo de práctica
Hay que tener bien presente que fuera del periodo de
práctica en esta primera semana hay que:
• Continuar
registrando el número de conductas problema.
• Alabar
todas las Tortugas realizadas fuera del periodo de práctica.
• Animar
a los otros niños a que refuerce a sus compañeros cuando hagan la Tortuga.
• Alabar
a aquellos que ya refuercen a los compañeros que han hecho la Tortuga.
Estos pasos son cruciales, los niños no utilizaran la
técnica si no son recompensados por realizarla. Se refuerza cualquier intento
de Tortuga que el niño haga a lo largo de la clase. Cuando se vea a los niños
realizando alguna de las conductas disruptivas objetivo se les debe dar la
indicación de realizar la Tortuga. Se puede decir algo como: “Tortuga” o “Ahora
puedes hacer la Tortuga”. Se les incita a ello y se les refuerza inmediatamente
si la realizan.
Es posible que por imitación de la profesora los niños no
solo refuercen si algún compañero realiza la Tortuga, si no que es muy probable
que también imiten el incitar a un compañero a que realice la Tortuga.
Así que cualquier aproximación de todos estos aspectos
deben ser reforzados por la profesora. No hay que alarmarse por tanto refuerzo
a dispensar, ya que más tarde ya no se necesitara este refuerzo tan inmediato.
Algunas veces los alumnos cuenta otras situaciones donde se podría haber hecho
la Tortuga. Esto sería especialmente alentador para la fase de generalización
de la técnica.
IV.
SEGUNDA SEMANA DE LA TORTUGA
A. Objetivos
Después de leer esta sección se sabrá:
1. Qué
hacer durante el periodo de práctica en la segunda semana de la Tortuga.
2. Qué
hacer fuera del periodo de práctica.
3. Cómo
discriminar respuestas de Tortuga apropiadas de las inapropiadas.
4. Qué
repuestas de la Tortuga recompensar y cómo enseñar los niños a discriminar ante
ocasiones apropiadas e inapropiadas para hacer la Tortuga.
5. Qué
es la técnica de provocación al azar y cómo utilizarla.
6. Por
qué es importante la técnica de la provocación.
7. Cuándo
decidir pasar a la fase siguiente: la relajación.
B. Revisión
A lo largo de la segunda semana el objetivo es solidificar
las estrategias aprendidas en la primera semana y poner al niño en disposición
para el entrenamiento en la relajación; se pretende ayudar al niño a
discriminar entre las situaciones apropiadas de las inapropiadas en la repuesta
de la Tortuga. También se pretende incrementar las Tortugas espontáneas fuera
del periodo de práctica.
También se continúa recordando a los niños que tiene que
hacer la Tortuga en cualquier momento a lo largo del día y por supuesto el
recompensarles inmediatamente después de que ellos respondan con la Tortuga.
Finalmente se continua alentando y reforzando a los compañeros para que inciten
a los otros a realizar la Tortuga y a que, si la hacen, les refuercen por ello.
C. Entrenamiento discriminado
Es probable encontrar a los niños emitiendo la respuesta de
la Tortuga para obtener el refuerzo. Esta situación es más probable que se de
si se están utilizando refuerzos externos tales como caramelos, golosinas,…
mientras que algunas de estas situaciones pueden ser apropiadas para la
Tortuga, otras no lo son. Es preciso enseñar a los niños a discrimina entre las
situaciones de Tortuga adecuadas de las situaciones de Tortuga inadecuadas.
Antes de enseñarles la discriminación se debería tener la definición clara de
respuestas apropiadas e inapropiadas de la Tortuga. Después de tres años de
experiencia con la técnica pueden ofrecerse las siguientes definiciones.
1. Una
respuesta apropiada de la Tortuga se da cuando un niño es victima de una
conducta agresiva tal como un golpe de otro niño. Si el profesor u otro niño da
la clave verbal para hacer la Tortuga, la respuesta de la Tortuga es apropiada.
2. Una
Tortuga inapropiada puede ocurrir en tres situaciones:
a. Cuando
dos o más niños hacen un trato entre ellos para hacer la Tortuga y conseguir
refuerzos extras.
b. Cuando
un niño emite una conducta de ataque tal como golpear y después hace la
Tortuga.
c. Cuando
un niño hace la Tortuga para atraer la atención del profesor. El niño esperará
para ver si el profesor le mira y entonces hará la Tortuga.
3. La
Tortuga cuestionable es una tercera categoría. Incluye aquellos casos donde el
niño espontáneamente hace la Tortuga sin razón aparente, y es imposible decir
si él está respondiendo a un impulso de hacer una conducta de ataque o si está
tratando de llamar la atención. También se incluirían aquellas en las que un
niño comienza a hacer una conducta de agresiva pero hace la Tortuga en la mitad
del estallido.
La discriminación se enseñará recompensando las Tortugas
apropiadas y/o cuestionables y no recompensando las inapropiadas durante los
periodos regulares de clase. Se explica a la clase la diferencia entre los tipos
de repuestas de la Tortuga mediante ejemplos. De este modo el profesor podría
decir algo como:
“Juan pintó un garabato en el papel de María, ésta se
enfadó y le pegó, pero de repente María recordó lo que la Tortuga decía y se
metió dentro de su concha. ¿Es ésta una buena Tortuga?”.
Hay que asegurar la distinción entre estos tres tipos de
respuesta, por lo menos una vez en cada periodo de práctica. Mediante el
roleplaying se pretende facilitar el aprendizaje. Sin embargo, la forma más
efectiva es reforzar las Tortugas apropiadas y extinguir las inapropiadas. Otra
forma de favorecer la discriminación es asegurarnos de que en clase sólo se
reforzará a los compañeros que apoyen exclusivamente a las Tortugas apropiadas
ignorándose a los que refuercen a las inapropiadas.
D. Provocación al azar
Cuando los niños ya discriminan las situaciones apropiadas
para hacer la Tortuga, se pretende enseñarles a usar la técnica
espontáneamente, sin incitación del profesor. En la primera semana, el profesor
gritaba: “Tortuga” cuando veía una situación problemática incipiente entre dos
o más niños. Ahora se pretende ayudar a los niños a reconocer por ellos mismos
las situaciones sin ninguna incitación. Para ello se utiliza la técnica de
provocación al azar.
El profesor puede incrementar el número de oportunidades
que los niños tienen para emitir respuestas de Tortuga recompensadas
programando en el día ensayos de Tortuga, eligiendo aleatoriamente un niño que
esté muy ocupado en alguna actividad y provocando en él una conducta de ataque;
por ejemplo, ir al pupitre de María y pintarle en su hoja, entonces María haría
la Tortuga y la profesora la recompensaría. Si ella no emitiera la Tortuga se
le explicaría que esta hubiera sido una buena oportunidad de hacer la Tortuga.
Los niños reaccionan con sorpresa la primera vez que el
profesor los provoca pero aprenden rápidamente a considerar estas provocaciones
como una clave para la Tortuga. Estas provocaciones al azar se mantienen
durante varios días, hasta que todos los niños respondan con la Tortuga. El
paso siguiente consiste en elegir a un niño para que, sin que ello lo sepan los
demás, sea el que provoque a los otros niños. Tanto el profesor como el niño
que provoca deberán alabar abundantemente al niño atacado si este hace la
Tortuga. Se le corregirá si devuelve el golpe o realiza cualquier otra conducta
inadecuada.
Las provocaciones al azar se repiten dos o tres veces al
día cambiando de niño tanto como sujetos que provocan, como de objeto de
provocación. El profesor debe de controlar la actuación del provocador para asegurarse de que las cosas se realizan
correctamente.
En la aplicación de este procedimiento se advierten
posibles riesgos. Por ejemplo, los niños podrían volverse más disruptivos en
función de las propuestas de provocación del profesor, sin embargo, en los
ensayos realizados este problema nunca ha llegado a suceder. El procedimiento
de provocación al azar es una excelente manera de incrementar el uso de la
Tortuga fuera de los periodos de práctica por varias razones:
1. El
niño coge experiencia asociando en la vida real las claves para la realización
de la Tortuga con la ejecución de la Tortuga misma en un ensayo donde se
potencia al máximo el éxito y la buena ejecución y donde además va a estar reforzando
tanto por el profesor como por el propio compañero.
2. Los
niños nunca saben si la provocación es preparada o es real, y esta
incertidumbre incrementa las oportunidades de emitir una respuesta de la
Tortuga porque no quieren perderse ninguna recompensa dada por el profesor a
incidentes preparados.
3. Los
niños pueden recibir apoyo de sus compañeros cuando el niño provocador alaba al
niño atacado por responder con la Tortuga.
E. Decisión de empezar con el entrenamiento de relajación
Al final de la segunda semana se evaluará lo que se ha
estado sucediendo. Para ello, el profesor examinará los registros de conducta.
Si los niños han empezado a discriminar entre Tortuga apropiadas de las
inapropiadas, y si se empieza a ver una disminución de las conductas
disruptivas o un aumento de Tortugas adecuadas, se puede empezar con el
entrenamiento en la relajación. Si ninguno de estos criterios han sido
encontrados se deberá continuar con las mismas actividades de esta segunda
semana varios días más.
VI.
ENTRENAMIENTO EN RELAJACION
A. Objetivos
Después de leer esta sección se debería poder establecer:
1. Qué
tipo de explicación dar a los niños para
el entrenamiento en relajación.
2. Quién
enseñará la habilidad de la relajación.
3. Cómo
enseñará la relajación, la fase de tensión y la fase de relajación.
4. En
qué grupo de músculos concentrarse.
5. Qué
ejemplos se les dará a los niños mientras se les propone relajarse.
6. Qué
hacer mientras se camina alrededor de la clase revisando el nivel de relajación
de los niños.
7. Cuándo
pasar a la segunda fase del entrenamiento de relajación.
8. Cómo
enseñar la segunda fase de la relajación.
9. Qué
debería poder hacer el niño al terminar el entrenamiento en relajación.
B. Racionalización para la relajación muscular
La fase dos del programa de entrenamiento de la Tortuga
incluye enseñar a los niños a relajarse, a soltar sus músculos cuando ellos
están realizando la Tortuga. Durante la práctica de la Tortuga se introduce la
relajación con una explicación a través de la siguiente historia:
“La Pequeña Tortuga iba a la escuela
cada día más contenta, y se introducía dentro de su concha cada vez que otros
niños le pegaban, le insultaban, le rayaban su hoja, o cuando ella se
encontraba rabiosa, enfadada sin saber muy bien el motivo… Su profesor estaba
muy contento y le animaba a que lo siguiera haciendo y a veces le premiaba.
Pero la Pequeña Tortuga en ocasiones tenia sensaciones de enfado o rabia, o se
encontraba mal después de que se metiera en su concha y aunque se quedara allí
no desaparecían. Ella quería ser buena, llevarse bien con sus compañeros
obtener el premio que a veces le daban, pero los sentimientos de enfado a veces
eran muy fuertes y le tentaban diciéndole “pequeña Tortuga, por qué no le devuelves
el golpe cuando el profesor no te está mirando y te quedas ahí tan tranquila,…”
La Tortuga no sabía que hacer, estaba muy desconcertada, ella quería meterse
dentro de su concha pero estos sentimientos de enfado la tentaban para hacerlo
mal.
Entonces recordó a la vieja y sabia
Tortuga que la había ayudado hacía tiempo. Antes de ir a la escuela corrió a la
casa de la enorme Tortuga, se lo contó todo y le preguntó que podría hacer. Le
dijo: “tengo sentimientos de enfado en mi estómago después de meterme en mi
concha. Los sentimientos me dicen que pegue, pero yo no me quiero meter en líos, ¿Qué puedo
hacer para detener mis sentimientos de enfado?”
La Tortuga más sabia de las sabias
Tortugas de la ciudad, que tenía la respuesta, sacudió por un momento su cabeza,
se quedó un rato callada, y entonces le dijo a la pequeña Tortuga: “Cuando
estés dentro de tu concha, relájate. Suelta todos tus músculos, y ponte en
situación como si te fueras a dormir, deja que tus manos cuelguen, relaja tus
pies, no hagas nada de fuerza con tu tripa, respira lenta y profundamente, deja
ir todo tu cuerpo y los sentimientos de enfado también se irán… piensa en cosas
bonitas y agradables cuando te estés relajando. Si no te sale yo le diré a tu
profesor que te enseñe.”
A la pequeña Tortuga le gustó la
idea. Al día siguiente cuando fue a la escuela se lo contó a su profesor todo
lo que la vieja Tortuga le había enseñado. Cuando un compañero le hizo rabiar
se metió en su concha y se relajó. Soltó todos sus músculos y se quedó un
ratito fijándose como la tensión y los malos sentimientos desaparecían. La
Tortuga se puso muy contenta, continuó consiguiendo más premios y alabanzas y
al profesor le gustó tanto la idea que le enseñó a toda la clase.”
En esencia, el profesor irá sugiriendo a los niños que la
relajación es una forma de reducir cualquier tendencia orientada a conductas de
ataque que aparecen después de haber realizado la Tortuga. Este es un mecanismo
eficaz para enfrentarse a fuertes emociones negativas, como la cólera, la
rabia, el enfado, emociones que se sufren ante un desafío o contrariedad. Esta
es una técnica para canalizar emociones, no para reprimirlas.
La relajación muscular es una habilidad que se aprende por
la práctica repetida, como cualquier otra actividad.
Con el fin de conseguir una relajación profunda, es preciso
comenzar diferenciando entre estados de tensión y de relajación de cada
músculo. Esta habilidad se puede enseñar en dos fases:
• Se
practica tensar y relajar los grupos de músculos variados en el cuerpo
alternativamente y se van dando instrucciones para que se centren en las
distintas sensaciones que se tiene si un músculo está tenso o si está relajado.
• Una
vez que sepan relajarse siguiendo estas instrucciones, se les propondrá relajar
los músculos sin tensar previamente.
Este método ha sido utilizado con éxito con adultos de
distintos grados de ansiedad y con niños con notable éxito.
C. Primera fase. Tensar y soltar
Para la primera fase del entrenamiento en relajación,
después de contar la historia introductoria, se instruye a los niños primero a
tensar los músculos lo más fuerte que puedan fijándose en las sensaciones que
se notan con esos músculos tan tensos, y después que los suelten de repente, y
que se fijen bien cómo va desapareciendo la tensión y lo bien que se van
quedando esas partes del cuerpo que van relajando. Los músculos se relajan
siguiendo más o menos el siguiente orden:
• Apretar
bien las manos.
• Doblar
los brazos en arco en dirección a los hombros para tensar los brazos.
• Estirar
las piernas como si quisieras tocar lo que tienes enfrente de ti.
• Apretar
firmemente los labios uno contra otro.
• Cerrar
los ojos fuertemente.
• Empujar
el estomago hacia arriba.
• Coger
aire profundamente, llenar los pulmones, retenerlo.
Es importante presentar las instrucciones de relajación,
despacio, con voz monótona, y con pocos cambios en la inflexión de la voz. Una
secuencia típica de instrucciones podría ser:
“haz un puño con cada mano, muy bien, mantenlas apretadas
tanto como te sea posible, cuenta hasta diez tensando cada vez más, y luego
sueltas ¡suelta! Y siente lo bien que se esta, nota cómo se fue relajando,
estate unos segundo fijándote en lo que notas cuando estás relajado. Ahora otra
vez, vuelve a cerrar los puños, mantenlos fuertemente cerrados, cuenta hasta
diez, 1, 2, 3, fuerte, 4, 5, 6, más fuerte, 7, 8, tan fuerte como puedas, 9,
10. ¡Suelta!, deja tus puños abrirse muy despacio, déjate ir, suelta y cuenta
al revés hasta cero, 9, 8, 7, fijándote como va desapareciendo la tensión, 6,
5, 4, siente lo agradable que es esto, 3, 2, 1, relájate y 0. Fíjate lo que
notas cuando estas relajado.”
El profesor se pasea por la clase para asegurarse de que
los niños realmente están tensando y relajando. Les da feedback, les refuerza y
les ayuda para que relajen sus músculos. Una forma de comprobar si están
tensando es poner a mano encima del músculo y comprobar la tensión. Sólo si
experimentan la tensión realmente aprenderán a reconocer el contraste entre el
estado de tensión y la relajación.
Se repiten varias veces las sesiones de prácticas.
Posteriormente, se integrará la Tortuga y la relajación de tal forma que cuando
estén en posición de Tortuga se les incita a tensar su cuerpo entero, contando
el profesor de 1 a 10, después de lo cual los niños deberán relajar de repente
todo su cuerpo. Este procedimiento se repite en 3 ó 4 sesiones de prácticas. La
forma de comprobar el nivel de relajación es levantar sus brazos unos
centímetros y dejarlos caer en su pupitre, si sus brazos están como si fueran
de goma o como los de una marioneta totalmente inanimados, es que está
relajados, si no es así se ayudará al niño a tensar y relajar correctamente
hasta que consiga este nivel de relajación en cada grupo de músculos.
D. Fase II: Relajando
Se pasa a la segunda fase del entrenamiento en la
relajación cuando se comprueba que la mayoría de los niños han aprendido a
relajarse tal y como anteriormente se ha descrito. En esta fase se les instruye
para que relajen sus músculos sin la secuencia de tensar – relajar. De nuevo se
empieza por los puños para seguir con la secuencia de manos, piernas, labios,
ojos, estómago y pecho. Por ejemplo, se les puede decir: “relaja tus manos.
Fíjate en lo a gusto que se está. Siente como se relajan tus manos, en el
cosquilleo que notas, lo agradable que es.” También se podría decir lo
siguiente: “Voy a contar al revés de 10 a cero, con cada número que diga vais a
intentar estar cada vez más y más relajados como la pequeña y bonita tortuga”.
Se pueden utilizar también escenas agradables en imaginación mientras que van
soltando los músculos, por ejemplo, “Imagínate que te estás comiendo un helado,
muy rico”, “que estás tumbado en un prado verde, con la hierba muy suave y
fresquita, y hace un sol muy bueno…” está demostrado que imaginar este tipo de
escenas aumenta la relajación de los niños.
El entrenamiento en relajación dura de una o dos semanas
completas. El criterio para pasar a la siguiente fase del programa es el grado
de relajación de los músculos junto con un juicio subjetivo. Al finalizar el
tratamiento de relajación los niños han de ser capaces de dar la respuesta de
la tortuga y asumir inmediatamente la posición de relajación.
VII.
GENERALIZACION DEL TRATAMIENTO
A. Objetivos
Después de leer esta sección, se estará en condición de
saber:
1. La
generalización del tratamiento.
2. Qué
tipo de sistema de refuerzo introducir.
3. Cómo
vencer las dificultades de los compañeros.
4. Por
qué las dificultades de los compañeros son tan importantes en esta etapa.
B. Revisión
En este punto de la secuencia del tratamiento, los niños
saben cómo y cuándo emitir la respuesta de la tortuga; han experimentado y
ejecutado la respuesta durante el periodo de práctica y en otros periodos de
tiempo cuando se les ha dado la indicación, pero probablemente la han usado
ocasionalmente por propia iniciativa durante el resto del día en algunas
ocasiones, lo que es, después de todo, cuando más la necesitan usar. El
objetivo del tratamiento es que los niños generalicen el uso de la técnica de
tal modo que le utilicen la secuencia Tortuga – Relajación por propia
iniciativa de forma apropiada, en el momento adecuado, y sin que sea necesario
incitarles.
Anteriormente ya se habló acerca de la conducta disruptiva,
y se hipotetizó que el que los niños se peleen, hagan burlas y el que se quitan
las cosas, son, todas ellas, conductas inapropiadas destinadas a obtener
atención de sus compañeros y profesores; la atención es un refuerzo que
mantiene la conducta disruptiva. Un objetivo de la técnica de la Tortuga es dar
a los niños una respuesta alternativa adecuada a sus conductas disruptivas, con
la que también consiga la atención de sus compañeros y profesores. Para
enseñarles la respuesta alternativa se ha de organizar el ambiente de la clase
para que los niños continúen emitiendo “Tortuga” sin necesidad de refuerzo
externo inmediato, y alentándoles a hacer la Tortuga a lo largo de todo el día,
con la misma probabilidad tanto si recién refuerzos inmediatos como si no lo son.
Este es el próximo paso, ayudar a los niños a controlar su propia conducta.
Esta tarea de cambio en el sistema de refuerzos se llevará a cabo con la ayuda
de los compañeros.
C. Cambio en el sistema de refuerzos
Es importante cambiar el sistema de refuerzos, se va a
pasar del uso de un refuerzo social (alabanza de la profesora, y reconocimiento
de los compañeros,…) o material (caramelos, golosinas,…) de forma continuada,
al uso intermitente del mismo, llegando un momento en que cese totalmente su utilización.
El refuerzo social de la alabanza por parte de los compañeros se sigue
utilizando.
El paso de refuerzo continuo a intermitente se podría hacer
de la siguiente manera: al finalizar el día, todos los niños que hayan hecho
por iniciativa propia la Tortuga en situaciones apropiadas, podrían elegir
entre diversos juguetes, golosinas, chucherías o regalos especiales. Este
sistema se podría utilizar durante dos o tres días. Después los niños que hayan
hecho la Tortuga en el día entran a participar en un sorteo donde solo habrá
dos o tres ganadores cada día. Durante el día se les recuerda a los niños que
deben hacer la Tortuga y que aquellos que no lo hagan no podrán acceder al
sorteo. El registro del profesor de los niños que realizan o no la Tortuga es imprescindible
para realizar el sorteo.
D. Incremento del apoyo de los compañeros
Se pretende fortalecer el apoyo de los compañeros. Para
ello se alaba a los niños por apoyar las respuestas de Tortuga. En algunos
momentos durante el día se recuerda a la clase que utilicen la técnica. Se
pueden crear juegos sobre el tema.
Por ejemplo, durante la práctica de la Tortuga se pueden
reintroducir las provocaciones al azar y dar estrellas de oro a los niños que
dispensen apoyo entusiasta a los otros que realicen de forma adecuada la
Tortuga. También se puede dividir a la clase en dos equipos y conceder
estrellas al que muestre mayor apoyo a los compañeros. Estas estrellas se
pueden cambiar por refuerzos materiales o de actividad.
Se continúa la generalización del tratamiento durante la
semana. Al finalizar este periodo, se examina el registro del número de
conductas objetivo. Ya en esta etapa del tratamiento debe haber descendido
considerablemente el número de conductas disruptivas, así como haber aumentado
la respuesta de Tortuga y de la incitación y alabanza por parte de los
compañeros.
VIII.
SOLUCION DE PROBLEMAS
A. Objetivos
Después de leer esta sección se estará en condiciones de
saber:
1. En
qué consiste la técnica de Solución de problemas.
2. Cómo
comenzar el tratamiento de esta técnica.
3. Cómo
enseñar a los niños a tomar una decisión y evaluar las consecuencias de su
elección.
4. Cuáles
son las situaciones problemáticas que se dan en este momento, evaluar las
distintas alternativas que tenemos, evaluar las consecuencias que de ellas se
derivan, elegir aquella alternativa que nos sirva para solucionar una situación
problemática determinada.
5. Qué
hacer fuera del periodo de prácticas durante la solución de problemas.
6. Implantación
y verificación.
7. Por
qué no se debe olvidar la técnica de la Tortuga cuando finalice el tratamiento.
8. Qué
hacer para que no se olvide el uso de la técnica de la Tortuga después del
tratamiento completo.
9. Cómo
usar la Solución de Problemas con adolescentes y adultos.
B. Revisión
La última y probablemente la más importante etapa de la
Tortuga es la Solución de Problemas. Se ha enseñado a los niños una respuesta
alternativa a pelearse, burlarse, arrebatar, etc. la secuencia Tortuga –
Relajación. Sin embargo, después de hacer la Tortuga y Relajación, los niños,
con todo, algunas veces no saben cómo hacer frente de una manera adecuada a sus
propias necesidades. Hay ocasiones en que después de hacer la Tortuga –
Relajación los niños no se quedan tranquilos. Las técnicas de Solución de
Problemas les enseñan a hacer frente a estas dificultades durante los periodos
de prácticas de la Tortuga. La parte de Solución de Problemas es vital en el
programa. Se pretende que mediante el entrenamiento el niño aparece la
secuencia Tortuga – Relajación con una elección sobre su conducta.
La solución de problemas consiste en cinco pasos:
• Definición
muy clara de la situación problemática.
• Pensar
cosas para hacer frente a la situación problemática.
• Evaluar
las consecuencias de cada una de ellas y seleccionar la mejor.
• Poner
en práctica la solución elegida.
• Verificar
los resultados.
Aunque este procedimiento puede parecer demasiado
complicado para los niños pequeños, en la práctica estos pasos son fácilmente
comprensibles.
C. Introducción de la técnica de Solución de Problemas
El modo básico de enseñanza de la Solución de Problemas es
enseñar a la clase, durante el periodo de práctica, una historia a modo de
dilema y preguntarle acerca de su resolución. Para ello se define, en primer
lugar, claramente el problema. Sería conveniente utilizar situaciones reales
que se hubieran dado en clase, junto a otros ejemplos. Hay que asegurarse de
que los niños comprenden la naturaleza del problema que se les está planteando.
Se continúa con los pasos dos y tres, en los que se generan
soluciones y se evalúan las consecuencias de cada una de ellas. Si en este
punto se les pregunta a los niños qué pueden hacer en la historia problemática,
la mayoría inmediatamente gritarían “Tortuga”. Se acepta esta repuesta pero se
pregunta qué cosas se podrían hacer después de haber hecho la Tortuga. Se
cuestiona a los niños hasta que ellos pueden sugerir caminos de acción
alternativos; si ellos no pueden generar alternativas habrá que
suministrárselo. Cada solución que se proponga se tiene en cuenta y se discute.
Se consideran las consecuencias positivas y negativas de cada solución, para
que los niños puedan ver las diferentes consecuencias, y sólo sugerirlas en
último extremo.
Se puede utilizar el role-playing para que los niños
expresen todas las alternativas y consecuencias a una acción problemática.
Después de un periodo de discusión en grupo, de las alternativas y
de las consecuencias, hay que intentar conseguir que la
clase llegue a un consenso acerca de la mejor elección para resolver la
situación problemática.
Ilustraremos esta etapa de Solución de Problemas con un
extremo ejemplo. El profesor describe, por ejemplo, la siguiente situación
problemática a su clase:
“Miguel tira una silla en mitad de la clase y empieza a
arrastrarla. Se da cuenta de que el pupitre de Pedro está en su camino y que si
sigue arrastrando la silla tropezará con él. ¿qué puede hacer Miguel?”.
Estudiante: “Miguel tiraría la silla y le daría a Pedro.”
Profesor: “¿Qué pasaría?”
Estudiante: “Pedro se pondría rabioso y le pegaría a Miguel
en la cabeza o se enzarzarían en una discusión.”
Estudiante: “El profesor les castigaría a los dos, y además
ninguno podría entrar en la tómbola de la Tortuga”.
Profesor: “¿Qué otras cosas podría hacer Miguel?”.
Estudiante: “Le pediría a Pedro que se apartara”.
Estudiante: “Pedro no se movería.”
Estudiante: “Entonces Miguel apartaría a Pedro fuera de su
camino.”
Estudiante: “Miguel tendría que mover su silla por otro
sitio, alrededor de Pedro”.
Estudiante: “Pero, hacer eso, es demasiado trabajo”.
Estudiante: “Pero Miguel no se metería en líos y podría
entrar en la lotería de la Tortuga”.
Profesor: “¿Entonces, cuál sería la mejor cosa que Miguel
podría hacer para no meterse en líos, y entrar a participar en la lotería?”.
Estudiante: “Miguel debería moverse esquivando a Pedro para
no molestarle”.
Profesor: “Correcto, de esa forma no se metería en líos, no
se pelearían y podría entrar en el juego”.
Se repetirán estos diálogos, intentando entre toda la clase
ver las distintas posibilidades que hay a la hora de actuar y las distintas
consecuencias que de cada una de ellas se derivan, poniendo numerosas
situaciones problemáticas que se den en el aula. Estas situaciones deben ser
propuestas tanto por el profesor como por los alumnos. Cuando los niños hayan
aprendido a generar y a evaluar las soluciones en grupo, se repetirán estas
discusiones con los niños individualmente, repitiendo cada uno de ellos una
secuencia de Solución de Problemas entera en voz alta en la clase. La clase
evaluará las soluciones propuestas por el niño y alabará las adecuadas.
D. Enfatizando la elección
En los niños pequeños es especialmente importante enfatizar
el concepto de Solución. Se les puede enseñar que “solución” depende del
contexto de la situación social. El profesor puede enumerar una serie de
alternativas y pedirle al niño que elija una. De esta manera el niño aprenderá
el significado de elección conductual. El niño puede pensar varias alternativas
y sus respectivas consecuencias. Eventualmente puede aprender a hacer sus
propias elecciones sin necesidad de que el profesor modele sus respuestas.
Para lograr que aprendan el concepto de elección de una
solución adecuada, también se puede utilizar la estrategia de hacer la
siguiente pregunta: “¿Qué necesitas ahora, cuál es la mejor manera de
conseguirlo sin meterse en líos?”. Por ejemplo, Juan empieza a chillar porque
está teniendo problemas en hacer una construcción de madera. Para y hacer la
Tortuga”.
Profesor: “¿Qué necesitas, Juan?”.
Juan: “Que me ayuden y me digan como hacerlo”.
Profesor: “¿Cuál es la mejor manera de conseguir esa
ayuda?”.
Juan: “Pedirle a alguien por favor que me ayude, ¿me
podrías ayudar?”:
Profesor: “Muy bien, me gusta mucho ayudarte cuando me lo
pides de esa forma”.
Cuando se trabaja con adultos, se utiliza un procedimiento
similar. Se trata de saber cuáles son sus necesidades de aprobación, de
atención, de afecto y enseñarles una forma constructiva y adecuada de
conseguirlo.
E. Actividades fuera de la práctica de la Tortuga
Durante el resto del tiempo en clase, fuera del periodo de
práctica de la Tortuga, lo que se debe hacer es:
1. Se
continúa registrando la conducta objetivo.
2. Siempre
que se vea a un niño haciendo la Tortuga de forma adecuada incitarle a que
genere soluciones. Se ha observado que el recuerdo constante del profesor
acerca de las “soluciones” de una manera asequible y puntual, hacen que los
niños lleguen a pensar antes de actuar impulsivamente.
3. Hay
que alabar y reforzar al niño que elabore soluciones adecuadas.
4. Continuar
provocando al azar intermitentemente. Cuando se provoque aun niño, hay que
preguntarles cuáles son las soluciones alternativas que ha generado.
Al final de la segunda etapa de la Solución de Problemas,
implantación y verificación, puede que los niños sólo hayan aprendido a actuar
de esta forma en las situaciones problemáticas propuestas y no en la vida real.
Si ellos dan una respuesta eficaz, tal y como contarle inmediatamente al
profesor que han pegado a un niño (siempre que esta sea una respuesta adecuada
para ese profesor), alabarles e indicarles como sucesivamente sus problemas se
irán resolviendo. Esta será la forma más efectiva si el niño inmediatamente ha
hecho la Tortuga.
En este punto se ha terminado el tratamiento de la Tortuga;
ahora se plantea la cuestión de cómo mantener su uso a lo largo del tiempo.
IX.
CONCLUSION
A. Mantenimiento
El mantenimiento en la clase a lo largo del tiempo de la
Técnica de la Tortuga requiere un entorno social que dé refuerzos a los niños
por hacer la Tortuga – Relajación – Solución de Problemas. Usted no puede
enseñar esta técnica y después olvidarse de ella sin que se produzca un
decremento. Hay cinco procedimientos que aseguran seguir usando la Tortuga:
Continuar registrando el número de conductas objetivo. Este
dato nos proveerá de información acerca de lo que está pasando con la técnica.
Servirá de refuerzo para usted a los esfuerzos por enseñar la técnica y servirá
como evidencia para mostrarlo a otros profesores.
Continuar alabando al azar todas las Tortugas apropiadas
que usted vea y ocasionalmente comprobar en el acto la naturaleza de la
solución de problemas en un niño. Animar a los niños a que alaben a otros
niños.
Continuar utilizando provocaciones al azar una o dos veces
por semana.
Continuar indicando soluciones y alabar la solución
adecuada.
Continuar teniendo periodos de prácticas de la Tortuga, una
o dos veces a la semana. Revisar la técnica en este tiempo y considerar algunas
nuevas situaciones problemáticas.
Hay que poner especial interés y cuidado en esta última
parte del programa, si usted se olvida de la Tortuga después de haberla
enseñado, y no hace nada de esto, nosotros le aseguramos de que volverá a tener
problemas con esos niños y en el manejo de la clase.
B. Tortuga y Autodefensa
Es importante que las bases, normas y valores que están
implícitos en el programa de la Tortuga sean compartidos, mantenidos y puestos
en práctica en el comportamiento cotidiano del profesor. Nosotros hemos
comprobado que cuando un profesor ha señalado las reglas correctas para su
clase, se las enseña a los niños y él mismo también las respeta, entonces los
niños las aprenden mucho antes.
Es cierto que usted justificó en su enseñanza de la técnica
que el pegarse en clase era una conducta inapropiada, pero también es cierto
que usted en algún momento del programa, en las sesiones dedicadas a la
Solución de Problemas, debió advertir a los niños que hay situaciones fuera de
la clase y motivos donde defenderse es más apropiado. Por ejemplo, hacer la
Tortuga jugando un partido de fútbol no sería nada adecuado, si meten mucho con
un niño, puede ser que sea lo más adecuado el pegarse. Algunas veces pegarse es
una alternativa adecuada.
También usted debería advertir a los padres acerca de la
Técnica de la Tortuga, para que ellos no respondan de forma negativa cuando la
hagan en casa. En el Point de Woods School, hemos encontrado que los niños usan
ocasionalmente la técnica en casa, hasta en ausencia de aprobación y refuerzo.
Un niño dijo: “ ¡Tortuga!” cuando sus padres se peleaban. Otro decía a su madre
que se relajara cuando ella decía que estaba nerviosa…
C. Otras aplicaciones
Los datos que poseemos sobre el programa nos indican que la
enseñanza de todas estas habilidades es más rápida y se mantiene más en el
tiempo si se lleva a cabo este programa en la dinámica de la clase que
realizaba de forma individual en la clínica en sesiones de terapia individual.
No sólo es mejor para cada niño en particular, sino en el manejo de toda la
clase, en su propia dinámica. Así este programa puede llevarse a cabo tanto en
clases especiales como regulares, y puesto en práctica por cualquier profesor
como un recurso más a la hora de trabajar con sus alumnos. La implantación de
este programa en la Clínica se vería gravemente mutilado sobre todo en una
parte esencial del mismo, la del apoyo de los compañeros. En este manual no se
contemplan otras posibles técnicas o modificaciones de las mismas que sin duda
pueden ser tan eficaces como las aquí señaladas, por mencionar algunas de
ellas: Parada de Pensamiento (“Stop”, “Contar hasta 10”, …), diversos métodos
de relajación (Jacobson,… ), Solución de Problemas.
D. Solución de problemas con adolescentes y adultos
El modelo de Solución de Problemas introducido en este
apartado de la Técnica de la Tortuga puede ser también utilizado con
adolescentes y adultos. Nosotros utilizaríamos seis etapas para su
entrenamiento:
1. Definir
el problema.
2. Generar
soluciones alternativas.
3. Evaluar
las consecuencias de cada una de ellas.
4. Decidir
la mejor alternativa.
5. Poner
en práctica la alternativa seleccionada.
6. Verificar
los resultados.
Definir un problema incluye definir las dimensiones
relevantes de la situación en términos específicos. Si una madre pone en
manifiesto que su hijo usa el teléfono demasiado, su definición del problema
es: “Tú nunca me escuchas cuando te digo que dejes el teléfono”.
Generar soluciones alternativas incluye una numerosa lista
de soluciones que deben seguir cuatro principios básicos del pensamiento
creativo:
Aconsejar que den soluciones opuestas, contrarias,
distintas, y no evaluarlas hasta más adelante.
Dejar la mente libre, sugerir cualquier cosa que te venga a
la cabeza, incluso las ideas más locas.
Combinar ideas para sacar nuevas.
Usar palabras claves como quién, cuándo, dónde, cuánto,
hasta, etc. para propiciar nuevas ideas.
Tomar la decisión y elegir una alternativa es lo más costos
de la Solución de Problemas. Aquí el cliente debe proyectar las consecuencias
de cada alternativa, anticipando las consecuencias a corto y medio plazo, las
consecuencias positivas y negativas, etc. Es bastante útil escribir toda esta
información y tenerla a la vista. Después intenta buscar la alternativa más
positiva, o la que tiene menos consecuencias negativas; cuando es un problema
interpersonal, y son dos o más personas las involucradas en la solución del
problema normalmente puede ocurrir que no se esté de acuerdo en ninguna
solución. La toma de decisión culminará con la elección de una alternativa.
La puesta en práctica es clara y a menudo no es considerada
como una etapa de la Solución de Problemas. La verificación es la etapa final,
es cuando el cliente examina si la alternativa puesta en práctica le ha
proporcionado los resultados o las consecuencias esperadas. Si la respuesta es
sí, el problema está solucionado; si es no, el cliente debe retomar la fase de
generar alternativas y de toma de decisión.
Se puede enseñar Solución de Problemas a clientes adultos
por modelado y role-playing. El terapeuta presenta cada etapa y demuestra su
aplicación a un problema hipotético. Entonces el cliente imita al terapeuta en
esta etapa del role-playing. El terapeuta le da feedback, y el cliente va
probando distintas situaciones.
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